.................... Una princesa de semillas y arbolillos destinada a un bosque....................

27 de marzo de 2010

.:Viento: Primer paso:.

La tormenta había pasado, Shizue, gozaba de la lluvia y aunque como dama de la corte Doji no podía presumir de esos mundanos placeres, siempre encontraba la excusa para reencontrarse con la tormenta y sus sensaciones. Al volver a la casa que la resguardaba recordó otra parte de la historia del intrépido Viento...

Acababa de anochecer, la calma llegaba a su barco y el capitán usaba esos momento para alejarse de la tripulación y respirar sólo para él. Apoyaba la espalda sobre el mástil y se dejaba caer hacia el suelo, después de eso, sólo un amplio gorro y unas botas de cuero maltrechas que situaba encima de una de las cajas del castillo de popa, eran la única señal de que seguía allí, al menos su cuerpo seguía.

Su mente viajaba tan rápido que ni los más veloces barcos podrían haberle hecho sombra. Su brújula lo guiaría, mientras su corazón fuese puro y su alma, fuese fiel a su decisión. La llave de plata, tan cerca en su corazón, tan lejos en su camino. Cerraba los ojos y la atrapaba, sentía recorrer por su cuerpo la satisfacción de su diosa por el trabajo hecho. Y aunque demasiado estimulante como para volver a abrir los ojos, Viento lo hacía sin dudar, viendo así más claro su destino.

Contemplaba entonces el estrellado cielo, el mismo que sus antepasados habían usado para guiarse, tan estable y tan cambiante a la vez. En él estaba la primera de las claves para comenzar su ruta.

Los antiguos seguidores de la diosa contaban leyendas en que la Llave había jugado con ellos durante siglos, dando falsas señales, llevándolos a la locura y a la desesperación. Sin embargo, aquellos que más lejos habían llegado habían mirado al cielo y no al mar como cabría suponer.

Decían que la guía aparecía entre sueños en el mar del Coral, sólo cuando las estrellas eran capaces de bajar a bañarse a sus saladas aguas. Después de una semana de tormentas, estaban de suerte, la tempestad había amainado y las estrellas se reflejaban en las tranquilas aguas.

Viento respiraba profunda y pausadamente, con temor de que cualquier detalle se le escapase. Siguió así largo rato, con los ojos atentos y un inquietante silencio rodeándolo. Extrañado, levantó la cabeza y un viento le acarició la espalda, por el contrario, la bandera que lo señalaba como un seguidor de la diosa, ni siquiera hondeaba en el palo de mesana. Levantó la mano y la abrió de forma impulsiva. Segundos después, todo volvió a la normalidad; el mar volvió a acompañarlo con su familiar sonido y la bandera se alzaba clara con la suave brisa. Se miró la mano maldiciéndose por su desconcierto y fue cuando la vio, arrugada, una hoja todavía verde reposaba sobre su palma. Se la acercó a su nariz y sonrió de satisfacción-Hojas de manzano-

1 comentario:

seguidor de la diosa dijo...

Un grandísimo final para una parte que no deja de ser un comienzo. Un muy buen comienzo :D

Me gusta que Viento sonría. Será por algo :p Tengo muchísimas ganas de leer el resto de la historia.

Millones de gracias por esta parte de ti *__*

PD: Mirando al cielo para llegar lejos...