Uno de los regalos de cumpleaños de Dani un cuento vía móvil :D (y una inesperada forma de dar la última parte)
Capítulo I
Nunca fue invierno en el reino de la reina del Sol, un país calentito, siempre soleado y nunca cubierto de nubes. La gente era sumamente feliz y cálida, siempre en pantalones cortos y camiseta, siempre sonriendo y hablando de su hermosa reina. Pero un día...
Capítulo II
Un día, la joven reina desapareció en pleno día. Nadie sabía donde estaba, que había sido de ella. Ninguna nota, ni marcas. Simplemente no estaba. Se organizó una partida de búsqeda, todo el reino se puso manos a la obra mientras las nubes empezaban a cubrir el cielo...
Capítulo III
De entre todos los habitantes había uno que destacaba por encima de todos, el joven chico gris. Un muchacho destartado que adoraba leer a la sombra de los almendros. Este muchacho no salió a buscar a la reina, no porque no la quisiese, pues todos la amaban, sino porque siempre supo donde estaba.
Capítulo IV
El chico gris no quiso enseñar el lugar donde la reina estaba, en vez de eso llenó su mochila de pan y mortadela y salió al campo, dirección Oeste Ando despacito al principio, para que nadie supiese donde iba. Luego fue acelerando poco a poco hasta que fue más rápido que el viento.
Capítulo V
Cuanto más rápido iba el chico gris más se alargaba el mundo, más se achataba el horizonte. Hasta que al final el horizonte se hizo un punto. Y allí era donde ella estaba. Minúscula, llorando sobre el horizonte, vertiendo lágrimas de oro que se convertían en rocío al tocar el suelo. Tan bella como nunca.
Capítulo VI
Observaba algo que llevaba entre las manos, algo pequeño. El chico gris se acercó a ella y miró sobre su hombro con delicadeza. Llevaba entre sus manos una pequeña hada desmayada. El chico gris se arrodilló al lado de ella y besó sus delicadas manos y busco con sus ojos los de ella.
Capítulo VII
Fue entonces cuando la reina reparó en el chico y trató de levantarse sin usar las manos para proteger el hada. Él le pidió que no tuviese miedo y que le escuchase. Y así logró calmarla. Le habló del lugar donde las hadas vivían y donde esta debía vivir, aunque la reina la quisiese para ella.
Capítulo VIII
Aunque la reina desaba tener el hada para ella comprendió que no podía vivir fuera de su hogar, así que le pidió al muchacho que las llevase al país de las hadas. El chico agarró la mano de la reina y la llevó a toda prisa. La reina entonces lo entendió todo. Vió hadas por doquier, felices como ningún otro ser. Hasta el hada que llevaba en su mano despertó y bailó para ella. Las envidiaba y pidió al chico quedarse para siempre allí. El sonrió y miró a la reina a los ojos.
Capítulo IX
Puedo convertiros en hada si queréis, pero tenéis un reino que cuidar. Hagamos una cosa, pasad todos los días por vuestro reinos, corred de oeste a este todo lo rápido que podáis. Dadle días calurosos y pasarán noches felices, mientras vos estaréis aquí con las hadas. La reina sólo pudo aceptar y entonces pequeñas alas brotaron de su espalda, bailó con las hadas y rió. Mientras, el muchacho, volvió a su hogar, la luna, donde habitan los dragones. Siempre presente en el corazón de la reina.
Capítulo X (+50 rosas)
Así fue como finalmente llegaron a casa y pudieron vivir en calma para siempre, alumbrando el cielo y moviendo las hojas de los árboles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario