.................... Una princesa de semillas y arbolillos destinada a un bosque....................
27 de septiembre de 2007
.:Últimas Voluntades:.
A la atención de Kinjō Heika Hantei XXXVIII
Como el Hijo del Sol ya habrá sido informado mi espíritu goza del placer inmenso de encontrarse en el Tengoku. Sed Benevolentes con aquel que os envía la carta pues su intención sólo fue la de seguir vivo para cumplir el último cometido que le encargue.
Has de saber también que mi madre está apunto de reunirse a mi lado por una traición tan amarga que ni siquiera un corazón tan grande como el de su majestad puede albergar. Otomo Kojiro-san fue demasiado ambicioso y su ceguera le llevó a cometer grandes males que prefiero, por respeto a las personas que hizo sufrir, no mencionar en esta última carta.
Espero que Naiken-san os relate más detenidamente los asuntos de Maki-Mura y mi labor en ellos. Desde mi humilde posición os suplico que agradezcais a Yasuki-san su lealtad con el Imperio ya que sin su actitud la situación jamás habría podido resolverse de la forma que lo hizo.
Al mezclarse las lágrimas de Amateratsu-kami y la sangre de Onotangu-kami, nacieron los hombres y las mujeres que tan distintos creemos de nosotros. Deberíamos esperar grandes cosas de ellos Hijo del Sol, puesto que gracias a ellos nuestros padres se hicieron fuertes en este mundo.
El amor siempre ha sido visto por nuestra casta como un error que un samurai nunca debe cometer. Sin embargo, es gozoso que cuando tus pasos te llevan por fin hasta él, saber que es lo más bello que has podido sentir jamás. ¿No es entonces, nuestro mayor pecado el querernos alejar de nuestros aspectos más terrenales? ¿No hubo amor entre la Dama Doji y Kakita-sama? Cuentan los Ikoma que cuando los hijos de Dama Sol(Amateratsu) y Señor Luna (Onotangu) cayeron lejos del cielo hacia la tierra dejaron atrás su divinidad. ¿No estamos por tanto, negando lo que nuestros padres fueron al caer del cielo?
Mi amor quizás fue mi perdición, pero yo más bien creo que fue nuestro honor, nuestra senda es tan recta que nos ciega de ver que hay a nuestro lado y cual es la meta. Ahora que estoy cerca del final, y he de sacrificar mi vida para recuperar el honor de mi familia, el honor no me importa realmente, solo el amor que profeso a mi familia o a Dayria es lo que verdaderamente me motivo a restaurar mi camino.
Tu sobrina que te prestó siempre una devoción
sólo comparable a la que le debía al imperio,
Umiko
Las fotos las teneis en el flickr...solo añadir que me lo he pasado genial
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